Las universidades deben cumplir
tres funciones fundamentales transmitir
conocimientos, generar conocimientos y transferir conocimientos. Es decir, además
de formar profesionales de calidad, es preciso desarrollar procesos de
investigación cuyos resultados sean pertinentes a las demandas del entorno
socioeconómico, los cuales serán transferidos a diferentes sectores de la
sociedad a través de procesos de
divulgación o comunicación de resultados, asistencia técnica, convenios, entre
otros.
Lamentablemente, en la mayoría de
las universidades no se cumple a cabalidad ninguna de las funciones anteriores,
por ejemplo: El proceso docente educativo no se desarrolla con estándares de
calidad, produciendo una disminución del nivel de exigencia académica que debe
caracterizar a la educación superior. Peor aún, durante el proceso de enseñanza
aprendizaje se reproducen únicamente los conocimientos de contextos externos
a nuestra realidad, contribuyendo así a
reforzar la herencia cultural hegemónica de los paradigmas occidentales
eurocéntricos, que generan un desprecio por lo etnocéntrico y la idolatría del
conocimiento externo ajeno a nuestro contexto histórico, económico, cultural y
social, produciéndose en este sentido una forma de violencia epistémica. La
escasa producción científica, es una de las causas de lo anterior, ya que los
docentes se han convertido en su
mayoría, en simples reproductores de conocimiento y no productores de
conocimiento. Respecto a los procesos de investigación que se desarrollan en
las instituciones de educación superior, es preciso indicar que estos siguen
paradigmas occidentales, para resolver y entender problemas locales. Por tanto,
es fundamental asumir un pluralismo epistemológico que posibilite
un dialogo de saberes entre lo local y lo global, con el fin de
comprender y solucionar nuestros problemas sin dejar de lado nuestro contexto. La
labor de extensión universitaria no debe entenderse como una labor
asistencialista donde la universidad suple el papel del estado, sino debe ser
desarrollada como la transferencia de conocimientos, donde las instituciones de
educación superior coadyuven al desarrollo socioeconómico con resultados de
investigación pertinentes que satisfagan el encargo social.
Entonces, aquí cabe formularse
las siguientes preguntas ¿Por qué no se cumplen las misiones de la
universidad? ¿Por qué diferentes
sectores exigen a la universidad su descolonización? ¿Qué se debe hacer frente
a ello? Con relación a la
primera interrogante, se puede decir que
las universidades bolivianas, han sido creadas con un enfoque eurocéntrico,
donde principalmente se reproducen y trasmiten conocimientos, a su vez la escasa investigación que se desarrolla
contribuye a la violencia epistemológica reinante.
Respecto a la segunda interrogante, cuando se habla de descolonizar la
universidad, tanto docentes como
estudiantes tienen la percepción generalizada, además errónea, de que se eliminará
toda forma de conocimiento occidental y volveremos a un punto donde se
“inventará nuevamente el idioma y la escritura” y se reemplazarán a los
docentes por “amautas”, lo cual es absolutamente falso. Al respecto el estado
demanda la descolonización de la educación universitaria en el entendido de que
la misma debe ser más pertinente, rescatar los saberes locales, para
traducirlos en conocimientos científicos, que contribuyan a no solo a
acrecentar el acervo científico, y desde el punto de vista pragmático, que sean
de utilidad y resuelvan problemas de diferente índole. Desafortunadamente la descolonización se concibe por parte de algunos sectores como
una especie de revancha hacia el mundo académico que no los tomo en cuenta,
aspecto que considero muy peligroso.
Con relación a la tercera interrogante, es fundamental que las
universidades cambien de paradigma y emprendan una liberación epistemológica,
donde la ciencia occidental y los saberes locales, sean complementarios y
complementados, para ello es imprescindible el desarrollo de procesos de
investigación científica, caracterizados por su pluralismo metodológico, cuyo
resultados permitan analizar la realidad de manera integral, rescatar saberes
tradicionales, proponer soluciones, enfoques metodológicos, entre otros
conocimientos. Los cuales indudablemente deben ser transmitidos en los procesos
de enseñanza aprendizaje donde se harán evidente la importancia tanto de lo
local como global.
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