Un ensayo es un escrito cuya
extensión es variable, dependiendo de la intencionalidad del mismo.
Generalmente aborda un sólo
objeto de estudio: un problema, un área problemática, un autor, un concepto, un
campo de conceptos, un proceso, un ámbito de procesos, etc. Por ello una
característica del ensayo es la unidad temática.
También presenta unidad
argumentativa; es decir, el ensayo pretende ofrecer un conjunto de
«pruebas» relevantes a favor de la tesis o posición que se busca defender en
él.
La tesis se desarrolla con
argumentos, es decir, enunciados que apoyan (o fundamentan o justifican) a otro
enunciado, llamado conclusión, el cual expresa la tesis principal que se plantea
en el ensayo.
En un ensayo, generalmente, se elabora
un argumento central para apoyar la tesis que se enuncia; pero se requiere de
otros argumentos secundarios que apoyen al primero. También es necesario
incluir contra argumentos y argumentos en contra de los contra argumentos.
El objetivo de un ensayo es,
generalmente, conducir al lector hacia la reflexión de un asunto mediante su
cuestionamiento, el aporte de datos o de argumentos que se abren a otras
posibilidades de entender el tema en cuestión.
Un ensayo es un trabajo
discursivo filosófico, por lo cual su lenguaje no es coloquial y sí,
muchas veces, necesariamente “técnico” (en el sentido de que recurre a los
términos empleados en un sentido particular por la tradición filosófica). Sin
embargo, hoy predomina la expresión directa y llana, en primera persona, prestando
especial atención al rigor argumentativo y al manejo conceptual del tema.
Partes de un ensayo
Su estructura, generalmente se
divide en tres partes:
Apertura o introducción: presentación del tema, justificación de su importancia,
consideraciones por las cuales el ensayista aborda el tema, etc.
Desarrollo: características del tema, tratamiento que le dan diversos
autores, datos que permiten entenderlo, problemas que presenta,
desenvolvimiento histórico, conceptos que contribuyen a plantearlo más
claramente o de maneras alternativas. Por supuesto, en esta fase se desarrolla
el argumento del ensayo; en otras palabras, esta sección contiene, usualmente,
el grupo de razones que justifican nuestra tesis principal.
Conclusión: No significa necesariamente solución a problemas planteados;
puede dar cuenta de la perspectiva que asume el ensayista ante lo establecido
en la apertura o en el desarrollo.
Si el texto lo justifica es
conveniente dividirlo en unidades, encabezadas por subtítulos que hagan alusión
resumida a lo que enseguida se plantea. Algunos autores sencillamente numeran
las unidades pequeñas de su texto, con el fin de hacer más ligera su lectura.
(Autora: Jahel Loredo)