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miércoles, 12 de noviembre de 2014

GUÍA PARA ELABORAR UN ENSAYO



Un ensayo es un escrito cuya extensión es variable, dependiendo de la intencionalidad del mismo.
                  
Generalmente aborda un sólo objeto de estudio: un problema, un área problemática, un autor, un concepto, un campo de conceptos, un proceso, un ámbito de procesos, etc. Por ello una característica del ensayo es la unidad temática.

También presenta unidad argumentativa; es decir, el ensayo pretende ofrecer un conjunto de «pruebas» relevantes a favor de la tesis o posición que se busca defender en él.

La tesis se desarrolla con argumentos, es decir, enunciados que apoyan (o fundamentan o justifican) a otro enunciado, llamado conclusión, el cual expresa la tesis principal que se plantea en el ensayo.

En un ensayo, generalmente, se elabora un argumento central para apoyar la tesis que se enuncia; pero se requiere de otros argumentos secundarios que apoyen al primero. También es necesario incluir contra argumentos y argumentos en contra de los contra argumentos.

El objetivo de un ensayo es, generalmente, conducir al lector hacia la reflexión de un asunto mediante su cuestionamiento, el aporte de datos o de argumentos que se abren a otras posibilidades de entender el tema en cuestión.

Un ensayo es un trabajo discursivo filosófico, por lo cual su lenguaje no es coloquial y sí, muchas veces, necesariamente “técnico” (en el sentido de que recurre a los términos empleados en un sentido particular por la tradición filosófica). Sin embargo, hoy predomina la expresión directa y llana, en primera persona, prestando especial atención al rigor argumentativo y al manejo conceptual del tema.

Partes de un ensayo
                 
Su estructura, generalmente se divide en tres partes:
 
Apertura o introducción: presentación del tema, justificación de su importancia, consideraciones por las cuales el ensayista aborda el tema, etc.

Desarrollo: características del tema, tratamiento que le dan diversos autores, datos que permiten entenderlo, problemas que presenta, desenvolvimiento histórico, conceptos que contribuyen a plantearlo más claramente o de maneras alternativas. Por supuesto, en esta fase se desarrolla el argumento del ensayo; en otras palabras, esta sección contiene, usualmente, el grupo de razones que justifican nuestra tesis principal.

Conclusión: No significa necesariamente solución a problemas planteados; puede dar cuenta de la perspectiva que asume el ensayista ante lo establecido en la apertura o en el desarrollo.
                 
Si el texto lo justifica es conveniente dividirlo en unidades, encabezadas por subtítulos que hagan alusión resumida a lo que enseguida se plantea. Algunos autores sencillamente numeran las unidades pequeñas de su texto, con el fin de hacer más ligera su lectura. 

(Autora: Jahel Loredo)