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domingo, 11 de mayo de 2014

PRODUCT PLACEMENT: ¿NUEVA FORMA DE PUBLICIDAD?

El product placement es otra de esas técnicas de marketing que vino del otro lado del océano y no tardó en ser adoptada por creativos y publicitarios españoles. La idea era buena. ¿Cuánta gente ve los anuncios de la tele? Casi nadie, por no decir nadie. La gente los aprovecha para hacer zapping o ir al baño. Eso cuando no se saltan los anuncios directamente viendo sus series favoritas por internet. Así que los publicitarios se dijeron: “Nadie ve nuestros anuncios, así que ¿por qué no metemos la publicidad dentro de la propia serie?”.
 
Definición de product placement
La definición formal de product placement (en español, publicidad por emplazamiento) es la de una técnica publicitaria que consiste en insertar un producto, mensaje o marca dentro de la narrativa del programa. Por ejemplo, un actor utiliza el producto, hace alguna referencia a él o se ve el producto durante la escena.
Se empezó a usar en programas y series de televisión, pero pronto pasó a otros formatos como el cine, los videoclips e incluso los videojuegos. En principio iba a ser una forma de publicidad sutil (eso pretendía al principio, normalmente a la gente le gusta más la publicidad cuando menos aparente es), pero hay que decir que en ocasiones se ha vuelto demasiado descarada o, en ocasiones, fuera de lugar.

Ejemplos de product placement

Los ejemplos de product placement son variados. Hay varios tipos de product placement:

  • Pasivo: el producto está en escena pero en ningún momento forma parte de la acción. Por ejemplo, un paquete de pan Bimbo en segundo plano en la mesa de la cocina mientras los protagonistas están hablando.
  •  Activo por mención: alguno de los protagonistas hacer referencia al producto. Por ejemplo, alguien comenta lo bien que sabe la Coca Cola.
  •  Activo por acción: el producto forma parte de la acción de la escena. Por ejemplo, el modelo de coche que conduce el bueno en una persecución policial.
 El product placement ha demostrado ser muy efectivo. Como es lógico, su éxito depende de donde aparezca el producto. Así que cuanta más audiencia tenga un programa, más dinero estarán dispuestos a pagar los anunciantes. Después de todo, ¿a quién no le gustaría comprarse el abrigo que lleva Neo en Matrix o el coche que conduce James Bond?